Hijos de la Tierra
Valle de los caballos
5
Ayla salió de la caverna a la repisa de piedra que había delante, frotándose los ojos y estirándose.
Empezaba a darse cuenta del giro de sus movimientos, adónde iban a beber por la mañana, los árboles de sombra que preferían por la tarde y ya los distinguía a unos de otros.